30.6.21

¿Para qué utilizas la queja?



 Busco  en el diccionario el significado de “quejarse”:

  1. Expresar con palabras y sonidos la aflicción que se siente por una pena o contrariedad, o por un dolor físico.

  2. Expresar con palabras resentimiento, disgusto, desacuerdo o disconformidad.

 

Hasta aquí, nada que decir. Todos tenemos derecho a manifestar lo que sentimos y pensamos. Es más, es muy beneficioso expresar nuestro dolor o contrariedad ante lo que nos depara la vida.

 

Lo importante es averiguar PARA QUÉ lo hacemos, es decir, si la queja nos ofrece una coartada para no hacer nada, y sentimos que ya hemos cumplido con quejarnos, o si tras expresar nuestro disgusto pasamos a la acción.

 


Cuando la queja se convierte en una actitud frente a la vida
(las personas que se quejan por todo), nos lleva al estancamiento, porque parece que con quejarnos ya hemos hecho todo lo que podemos hacer.



La mente acaba fijándose solo en aquello que te disgusta. Es una visión parcial, subjetiva y negativa, pero acabas creyendo que es la única, con lo cual tu vida acaba siendo un infierno. Si tu foco de atención está de manera permanente en lo que te contraria o disgusta, vas alimentando sin darte cuenta tu frustración, y engordas tu ego. El ego se crece cuanto más se queja. Es una de sus ocupaciones favoritas, lo que empequeñece a nuestro ser profundo que va muriendo de inactividad. El error más grave es pensar que no tienes otra opción, y quejarte como la alternativa única frente a la situación concreta en la que te encuentras.


La mente egoica nos dicta cómo tendría que ser nuestra vida, y cuando la realidad no responde a nuestras expectativas, nos quejamos. A veces la queja no es suficiente y deriva en ataques de ira. La ira tiene más poder cuanto menos hayamos actuado respecto a aquello que nos quejamos, pues esa energía que no hemos utilizado en la acción se queda dentro de nosotros.

 

Para colmo la queja es contagiosa. El ego busca aliados que le den la razón, que otorguen más peso a sus argumentos, porque eso libera en cierta medida la ansiedad que la frustración le provoca.  La queja le da al ego una cierta sensación de superioridad, como si detectar aspectos negativos le hiciese sentirse por encima de ellos.


Y el caso es que la persona que se queja seguramente esté sufriendo porque no sabe cómo lidiar con la situación que tiene delante y desea ser feliz como todo hijo de vecino. Puede que la queja sea una forma de pedir ayuda frente a esa impotencia.


Una solución infalible pasa por cambiar el foco y proponernos fijar la atención selectivamente en las cosas que sí van bien, y agradecerlas. Siempre las hay, hasta en las situaciones más horribles. 


El agradecimiento es fuente de energía y nos empuja a pasar a la acción. Eso significa hacer algo por nosotros o por otra persona o causa. La gente ocupada no tiene tiempo de quejarse. Pero para pasar a la acción, hay que aceptar primero que las cosas no son como habíamos pensado o deseado. De lo contrario, toda la energía se nos va en el rechazo y no nos quedan fuerzas para actuar.

 

Por ello, sería bueno preguntarnos ¿Para qué me sirve la queja? ¿Para eludir mis responsabilidades? ¿Para no afrontar aspectos de mi vida que me asustan? ¿Para sentirme superior encontrando errores por todos lados, como si yo estuviera por encima del bien y del mal y ocultar así un sentimiento de inferioridad? ¿La utilizo como una barrera para que nadie acceda a mi ser profundo, como una defensa? 

 

¿Qué se oculta detrás de tus quejas? 

 

 

Marita Osés

30 junio 2021

 


No hay comentarios :

Publicar un comentario