15.11.21

¿Qué dicen de ti tus deseos?

En las sesiones de coaching, algunas personas expresan su sensación de no saber ni quiénes son ni por dónde empezar a averiguarlo. Hacer una lista con tus deseos más frecuentes, sin emitir juicio alguno sobre ellos, es una buena manera de entrar dentro de ti y conocerte.

El primer obstáculo en este ejercicio de autoconocimiento será discernir si son tuyos o son proyecciones de lo que otros han diseñado para ti.
 
¿Quieres casarte y tener hijos o eso es lo que más desean tus padres y no puedes ni pensar en “defraudarles”? O tal vez todas tus amigas están en esa vía y te sientes excluida si no lo haces y eso sería una manera perfecta de “encajar”. ¿Quieres ejercer esta profesión o eso  es lo que tu padre siempre soñó y te invade la culpa cuando sueñas en abandonar esta trayectoria profesional y dedicarte a lo que de verdad te gusta? ¿Deseas de verdad estar tan delgada (o ser tan deportista o tan leída) o eso es  lo que se considera correcto y deseable en tu familia, o lo que tu entorno te impone si quieres ser aceptada en este grupo concreto al que te gustaría pertenecer?
Se trata de hacer un ejercicio de honestidad con uno mismo, lo cual no siempre resulta fácil cuando desde pequeños nos han inculcado tantas cosas que ya no sabemos las que son genuinamente nuestras y las que nos han sido contagiadas. Pero si un deseo no es genuino, cuando lo satisfacemos en lugar de sentirnos contentos, aparece(o permanece)  una incomodidad de fondo, que nos dice: “Vale, y ahora ¿qué?”. Cuando nos han educado en un sentido muy estricto de la responsabilidad, estamos tan conectados con las obligaciones que desconectamos sin darnos cuenta de los deseos hasta el punto de no sentirlos. Y  si la vida nos concede alguno inesperadamente, sentimos una alegría inmensa y nos damos cuenta de repente de lo mucho que lo habíamos anhelado sin saberlo.

Para conectar con el deseo es necesario escucharse y formularlo internamente y atreverse a desafiar lo que tu entorno considera deseable.
 


Observar cómo brota dentro de mi el deseo  y si tengo estrategias para distraerlo y no atenderlo, o incluso negarlo,  o si me pongo en marcha para su consecución. 

Después de escucharlo, es muy útil descifrarlo, porque un mismo deseo puede tener diferentes significados. El deseo de realizar un viaje para una persona significará escapada romántica, para otra desconexión y descanso, para otra libertad o novedad, búsqueda de experiencias, para otra contacto con la naturaleza, para otra necesidad abrirse y conocer gente diferente a la que le rodea o explorar un lugar donde tal vez decida quedarse a vivir.

Averiguar la motivación que late detrás de tus deseos es una manera de conocerte:

¿PARA QUÉ deseo hacer u obtener esto? 
Tan importante como conectar con tus deseos es expresarlos. Cada vez que expresas un deseo te haces presente, te defines, te significas. ¿Te atreves a expresarlos? Hay personas que no expresan sus deseos porque equiparan desear con necesitar y necesitar con ser débil.  En realidad, la diferencia no radica en desear o no sino más bien en ser dueño de tus deseos o dejar que tus deseos se adueñen de ti.
A veces, puedes manipular a otros por medio de la expresión de tus deseos. ¿Estás formulando de manera limpia y sin segundas intenciones tu deseo, o es una estrategia para conseguir algo de alguien? Esta práctica, una vez descubierta, puede granjearte la desconfianza de las personas con las que la utilizas. 

Si el deseo es una pulsión de tu ser profundo, expresarlo es expresarte, darte a conocer, es abrirte y, desde luego,  arriesgarte a no satisfacerlo.  Tú eres el responsable de satisfacer ese deseo, pero puede que necesites la colaboración de otras personas. ¿Quieres más movimiento en tu vida, más tiempo de lectura, más contacto social, más silencio, más diversión, más profundidad? Para satisfacer el deseo de leer más, tal vez tengas que pedir a tu hermano que se ocupe un rato más de tu madre, o a tu pareja que llegue antes a casa o a tus amigas que no cuenten contigo esa tarde.
¿Qué te ocurre cuando tienes que PEDIR para satisfacer un deseo propio?
¿Te sientes con derecho a hacerlo?
Volveremos sobre este tema, la semana que viene. De momento, podrías formular un deseo cuya satisfacción dependa de ti (no vale “que me toque la lotería”) y observa si haces lo que esté en tu mano para atenderlo. Si no lo haces, ¿a qué se debe?

Marita Osés
15 noviembre 2021

Si tienes algo que compartir o agregar a esta reflexión, me encantará leer a continuación, en los comentarios, tus sentimientos y opiniones.

📧mos@mentor.es
📲+34 661 631 972

Puedes seguirme y contactar conmigo en mis redes sociales, InstagramFacebook o LinkedIn
Despacho en Calle Provenza 214 8º 2ª de Barcelona Presenciales Martes, jueves y viernes

Sea cual sea el momento de tu vida en el que te encuentras, si necesitas un espejo en el que mirarte y mayor confianza para dar un paso más, cuenta conmigo.

3.11.21

Validarte como ser único

Dar el visto bueno en un documento significa que ha sido examinado por el que firma debajo y que lo ha encontrado correcto. (¿Podrías hacer eso en este instante, si el documento fueras tú mismo?)

El visto bueno puede indicar simplemente que el documento ha sido expedido por una persona autorizada y que se reconoce la firma, sin juzgar el contenido. (¿Te reconoces  el derecho a ser como eres, sin juzgar el contenido?)

En otro sentido, cualquiera puede necesitar el visto bueno de otra persona en algún momento: un niño que quiere dormir en casa de un amiguito necesita el visto bueno de sus padres, o el empleado que desea hacer algún cambio en la oficina, solicita el visto bueno de su jefe. (¿Te das permiso para ser quién eres? ¿Qué o quién te lo impide? )

¿Qué te falta para darte el visto bueno? 🖊️

Si te cuesta responder a esta pregunta, hazte otra primero: ¿Qué te reprochaban tus padres o los adultos de tu infancia? ¿Qué deseaban que fueras?

¿Más ordenada, más estudioso, más delgada, más ambicioso, menos extrovertida, menos tímido, menos soñadora, menos bohemio…? Si lo que te falta para darte el visto bueno coincide con alguno de los aspectos que ellos habrían deseado que tuvieses, estás mirándote todavía con sus ojos, no con los tuyos. Ellos no podían saber quién eras realmente, porque te miraban a través del filtro de sus expectativas. Es probable que lo que encontraran a faltar en ti fuera más una proyección de sus miedos y de sus frustraciones, que un deseo genuino.

¿Hasta cuándo vas a depender de su mirada?

Si alguien desea una flor, cualquier flor satisfará su deseo. Si alguien desea una margarita y le traen una rosa, notará a faltar todo lo que ella encuentra en la margarita aunque la rosa sea perfecta. Desear que un hijo sea de una determinada manera, es imponerle unas condiciones que lo marcarán de por vida.

Cuando el entorno en el que has nacido no está alineado con lo que eres y valoras, tienes más dificultades para validarte por temor al rechazo. Todos necesitamos sentir que pertenecemos al grupo en el que nos movemos, y si no tenemos sentimiento de pertenencia por no comulgar con sus valores, empezaremos a prostituirnos para encajar. Con tal de no sentir el temido rechazo, llegamos a hacer muchas concesiones. Hasta que nos damos cuenta de que estamos haciendo precisamente lo que intentamos evitar: rechazarnos. La vía para librarse de esta incoherencia, que además es una tortura, es mirar hacia adentro con honestidad y sin filtros:

¿Quién soy, qué brota de mi sin esfuerzo, hacia qué  siento una inclinación natural, fácil, en dónde me siento cómodo, a gusto? Y RESPETARLO.

Que no seas exactamente lo que otra persona desea no es razón para invalidarte o para retirarte el permiso de ser tú. Tu semilla es la que es, y si eres una bellota, cuando germines acabarás siendo un roble, mal que le pese al que deseaba tener a su lado un olivo. Que se vaya a buscar un olivo donde los haya.

✔️Validarte significa darte permiso para ser, sin obligarte a hacer contorsiones o a falsear lo que sientes para obtener la aprobación externa. Darte el visto bueno te da autonomía y fuerza. No significa que te des por acabado. Los seres vivos o viven o mueren, no tienen un estado de pausa como las máquinas. En el ser humano, la pausa es la muerte. El visto bueno sirve, precisamente, para seguir adelante.

✔️Validarte significa aceptar y agradecer todas las partes que te constituyen y sentir que son suficientes para llevar la vida que deseas llevar. Dar por buena tu caja de herramientas básica, sin perjuicio de que las puedas afilar, enriquecer, lubricar, reinventar, complementar. Hay que empezar por conocer y valorar esas herramientas. Primer paso: Tomar conciencia de tus cualidades, recursos, características esenciales, independientemente del tiempo que hace que no las manifiestes. Pide ayuda a las personas que te quieren, si te cuesta reconocerlas.

Conoce tu semilla y el árbol o la flor que estás llamado a ser.

La paz interior que todos anhelamos reside en la aceptación agradecida de lo que te ha tocado en suerte, y en encontrarle sentido al hecho de ser de esta manera que te hace ser tú y no otra persona. Validarte como ser único y necesario en el engranaje de la humanidad.

¿A qué esperas para darte el visto bueno? 🖊️✔️

Si no te validas, te resultará muy difícil validar a nadie más.


Marita Osés,  3 noviembre 2021


📧mos@mentor.es
📲+34 661 631 972

Puedes seguirme y contactar conmigo en mis redes sociales, InstagramFacebook o LinkedIn
Despacho en Calle Provenza 214 8º 2ª de Barcelona Presenciales Martes, jueves y viernes

Sea cual sea el momento de tu vida en el que te encuentras, si necesitas un espejo en el que mirarte y mayor confianza para dar un paso más, cuenta conmigo.