23.5.24

Un día especial

 



¿Cómo sería nuestra vida si encontrásemos cada mañana un motivo para que ESE día fuese único?



En realidad, no hay ni uno solo igual, porque todo evoluciona, yo no soy la misma hoy pues lo que experimenté ayer me ha afectado y lo de mi alrededor también ha sufrido el paso inexorable del tiempo, aunque tenga la sensación de que nada ha cambiado. Todo cambia. Constantemente. Si fuéramos conscientes de esto, nos daríamos cuenta de que nada se repite.  Lo que sucede es que caemos en rutinas.  
A nivel institucional para recordarnos la importancia de algunos temas que nos afectan a diario, se han fijado oficialmente fechas en las que se destaca su relevancia: el día internacional de la Tierra, de los refugiados, de la madre, de la paz, del cáncer infantil…distintos aspectos de la existencia humana que conviene cuidar de manera especial.  De hecho, fue el Día del Libro, que se vive de forma tan singular en Catalunya,  cuando me pregunté ¿Qué tal si cada mañana nos levantásemos con la intención de descubrir lo que tiene de especial? O mejor aún, decidir: 
Este día va a ser distinto.

¿Qué es lo que hace que una jornada sea distinta a las otras?  

Que suceda algo que no esperaba, que rompe la monotonía y me hace salir de la inercia de lo cotidiano. Sin embargo, cuántas veces suceden cosas nuevas y no nos enteramos porque estamos metidos en nuestra burbuja, en nuestra rutina, en nuestros pensamientos.  Una tarde hice la prueba: voy a pasearme por mi ciudad como si estuviera en una ciudad desconocida, con espíritu de turista. Y no falló: descubrí edificios, rincones, esquinas, tiendas por las que había pasado  más de una vez y en los que no me había fijado nunca. 

En nuestra vida puede sucedernos lo mismo: nos pasan desapercibidas cosas, situaciones y personas que habrían dado un matiz diferente a nuestra percepción de aquel día.  Esta es una palabra clave: percepción. 
¿Cómo percibo? 
¿Qué percibo a lo largo de mis 24 horas? 

Por eso he tomado la determinación de estar atenta, estar convencida de que me saldrán al paso elementos que van a enriquecer mi jornada y, por supuesto, quiero pillarlos al vuelo y sacarles partido. No quiero perdérmelos. No siempre van a venir de afuera. También puedo decidir ser yo el elemento que marque la diferencia en la jornada de alguien: regalar una sonrisa, un gracias, un acto amable que no esperaba y con ello tocar el corazón de esta persona, aunque no la conozca. 

Cuando algo nos toca el corazón, todo queda iluminado con otra luz y nos hace mirar de manera distinta. Y cuando nuestra mirada cambia, el día también se transforma. 

Resumiendo: Las sorpresas, los sucesos inesperados no están bajo mi control, pero sí depende de mí percatarme de ellos.  Y eso requiere de dos factores que sí están en mi mano: la decisión y la actitud.

La decisión: hoy va a ser un día especial porque así lo elijo, porque yo quiero. 

La actitud: voy a estar atenta. De lo contrario, habrá infinidad de detalles que me voy a perder. Puedo perderme el arco iris, la luna llena o menguante o creciente, la sonrisa de un ser querido, o lo que quería decirme en su mensaje o en su llamada por no haber estado atenta.

Según cómo percibas tu realidad, lo que decidas al respecto y dónde pongas tu atención, te contarás una historia u otra muy diferente cuando llegue la noche.

Recuerda  estos tres elementos -percepción, decisión, atención- y combínalos de tal manera que puedas regalarte un día especial cuando tú quieras.

Marita Osés, 13 mayo 2024✍️

Sea cual sea el momento de tu vida en el que te encuentras, si necesitas un espejo en el que mirarte y mayor confianza para dar un paso más, cuenta conmigo.
 

📧mos@mentor.es 📲+34 661 631 972 🗺️ C/Provenza 214 8º 2ª Barcelona (Presenciales Martes, jueves y viernes)

Puedes seguirme y contactar conmigo en mis RRSS: InstagramFacebook o LinkedIn  🔗 y en mi canal de YouTube

No hay comentarios :

Publicar un comentario