22.7.21

¿Qué hacer con los pensamientos recurrentes?




Sabemos que la mente es repetitiva, cuando se encalla funciona como un disco rayado: nos martillea una y otra vez con la misma idea o imagen, aunque sea mentira.



Puede ser : “me voy a jubilar”, “qué va a ser de mi”, “mi pareja me ha dejado”, “mi vida sexual es aburrida”, “me voy a suicidar”, “tengo que adelgazar”,  “¿por qué no acabo de encontrar mi camino en la vida?”, “no he hecho nada de provecho”, “tal persona me odia”, “mi hijo se droga”  o variaciones hasta el infinito.

Cuando dejamos que ese pensamiento se instale en nuestra mente acabamos incorporándolo a nuestra vida como si fuera cierto. Y nunca es totalmente cierto, porque es parcial. ES SOLO UNA PERCEPCION. Pero cuando nos secuestra dejamos de ser libres para ver todos los demás aspectos que conlleva.

Me dirán: Si tu pareja te ha dejado, te ha dejado, es un hecho irrefutable. “Me ha dejado” es una formulación de un hecho basada en tu percepción.


¿Qué pasa contigo?

¿Dónde te ha dejado?

¿Dónde estás tú, te haya dejado o no?

¿Qué quieres hacer con ello? ¿A qué te lleva esta situación?


Estas preguntas quedan bloqueadas si te quedas en “Mi pareja me ha dejado”.

Para deshacernos de un pensamiento repetitivo, una estrategia práctica es cuestionarlo:

¿Es eso verdad?

¿Es toda la verdad?

¿Qué más hay ahí que no estoy viendo?


Es muy probable que no vea todo lo que me haría pasar de víctima de la situación (mira lo que me pasa) a protagonista (qué voy a hacer con esto).

Otra pregunta que desencalla es:

¿A qué otras áreas de mi vida está apuntando esta percepción?


Mirar al dedo no tiene ninguna utilidad, hay que mirar en la dirección en la que apunta. Y suele apuntar a un cambio que podemos introducir en nuestra vida.

Una persona no cambia hasta que el dolor de no cambiar es superior al dolor que provoca (o cree que le provocará) el cambio.

Cuando cuestionas de manera implacable ese pensamiento, puedes llegar a una conclusión totalmente contraria a la que te lleva la pura repetición del mismo. “Mi pareja me ha dejado” puede convertirse en “mi pareja se ha ido” y esa segunda percepción no hace tanto hincapié en el abandono (víctima) como en su libertad (y la tuya) de decidir que haces con tu vida (protagonista). “Mi vida sexual es aburrida” puede convertirse en “Tengo miedo a la intimidad”, “no me siento seguro en mi cuerpo” o “me aterra explorar en este terreno”. “¿Por qué no acabo de encontrar mi camino?” puede acabar en “¿Te has fijado ya en el camino recorrido?” “Si valoras donde estás, ¿a dónde te lleva”. Y así también hasta el infinito.

¿Por qué no invertir estas vacaciones en darle la vuelta a los pensamientos repetitivos y sacar de ellos novedad para nuestras vidas? La época estival nos brinda esta y más oportunidades. No las dejemos pasar.


Marita Osés

21 julio 2021


Me encanta leer la reacción a mis reflexiones, y me ayuda un montón, por lo que os ruego que si queréis enviar algún comentario lo hagáis a mi correo mos@mentor.es, o los escribáis en la casilla de comentarios y si necesitas acompañamiento aquí me tienes.


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