Hace 2025 años, muchos pueblos de Europa y de Oriente estaban bajo el poder del imperio romano, entre ellos, el pueblo judío. Los judíos esperaban un líder que los liberase de la dominación romana, un rey poderoso y guerrero.
Cuando nació Jesús de Nazaret vino con una sola arma: el amor, que se concretó a lo largo de su vida en una profunda compasión por todo ser humano. Su único poder era ese: una fuerte conexión con su interior en donde se descubrió habitado y profundamente amado por la fuente de todo amor, y por eso le llamó Padre. Lo criaron en la fe judía pero en él pudo más esta experiencia amorosa de Dios que el temor al castigo por no cumplir sus preceptos. Y descubrió que en esta experiencia espiritual radica la grandeza del ser humano. Fiel a lo que sentía, revolucionó las normas sociales en base a su humanidad: en su nueva visión del mundo, las mujeres y los niños valían tanto como los hombres, los enfermos no eran culpables de su enfermedad, afirmó con rotundidad que ni ellos ni sus padres habían pecado, no juzgaba a los que no seguían los preceptos judíos, sino que comía con ellos para demostrar que las normas están al servicio de las personas y no las personas al servicio de las normas, atendía igual a la suegra de un seguidor suyo, que a un leproso o al hijo o al criado de un centurión romano. No hacía distinción de personas. Lo más fuerte que dijo es que, no es que él fuera hijo de Dios, sino que todos somos hijos de Dios, es decir, hijos del Amor.
Amor es el barro del que todos estamos hechos.
Curiosamente, dicen los evangelios que solo fueron conscientes de su llegada los humildes –los pastores- y los sabios, es decir, los que están más allá de las apariencias. Nació pobre y no fue profeta en su tierra, sino más bien perseguido hasta ser condenado. Los pocos que lo siguieron hicieron que su luz llegara hasta nosotros, pero por el camino pervirtieron su mensaje al hacerse con el poder que era lo que él siempre había rechazado. De hecho, él se identificó siempre con un cordero indefenso.
Aun así, sigue vivo su mensaje de esperanza. Las luces de la Navidad son una expresión de la luz que este ser trajo al mundo en un momento determinado de la historia.
Cada año necesitamos apostar por la luz y no por la oscuridad, si queremos un mundo aligerado de dolor en lugar de apesadumbrado por él.
No es que la luz elimine el dolor, sino que lo ilumina de tal modo que podemos darle otra lectura. ¿Por qué decimos que vino la luz? Porque Jesús vivió de tal manera que iluminó todo el potencial de ser humano, revelándonos nuestra verdadera identidad, nuestra grandeza, que tanto nos cuesta ver por nosotros mismos. Las tentaciones del desierto son una manera simbólica de explicar su lucha contra su ego hasta que lo venció. Como ser humano, se desplegó al máximo y dijo “vosotros podéis hacer lo mismo, e incluso cosas mayores”. Por eso lo mataron, porque se fijaron más en lo que consideraron la soberbia de auto proclamarse hijo de Dios ( sin entender de verdad qué significaba eso) que en la otra afirmación: vosotros sois hijos de Dios. Hijos del amor, y por lo tanto naturalmente capacitados para amar.
En Navidad recordamos que seguimos creyendo en el amor como motor del mundo, aunque los titulares de los periódicos sigan proclamando el poder y el dinero como motores del éxito.
La palabra Navidad proviene del latín “nativitas” que significa “nacimiento”. Es también el solsticio de invierno, el momento del año en el que el sol alcanza su punto más bajo en el firmamento y vuelve a renacer con nueva energía hasta alcanzar el punto más elevado en el mes de Junio. Lo podemos tomar como una oportunidad para tomar fuerzas renovadas y reemprender la marcha a fin de dar vida a eso que en nosotros anhela nacer. ¿Qué hay en ti que desea nacer? Un recién nacido representa inocencia, ausencia de ego, bondad, transparencia, vulnerabilidad, luz. ¿Cuál de estos aspectos te haría más feliz si lo cultivases?
Qué bueno sería si pudieses tomarte un tiempo para alejarte un momento de las luces, del frenesí de los regalos y las comidas de esta época del año y, en el silencio, escuchar qué te gustaría que renaciera en ti.
Y grabarlo en tu memoria para ir recordándolo a lo largo de 2026. No hacer solo una lista de cosas materiales que quieres comprar, sino elegir qué quieres regalarte tú, que no sea material, que tenga que ver con tu esencia, con lo que te llena y te hace ser más tú, una persona más humana, más genuina. Si te miras desde un yo más grande, desde un observador compasivo ¿qué ves en ti que si ocupase más espacio en tu interior te haría más feliz? ¿Qué es lo que todavía no ha nacido en ti y te haría sentir mejor? O si ya ha nacido, ¿cómo podría crecer mucho más, tanto como necesitas? ¿La bondad absoluta, sin fisuras, la valentía de aceptarte sin condiciones, el gozo de vivir lo que sea que te toque vivir, la confianza absoluta en la bondad del universo, la pureza de la mirada de un bebé, la luz que irradia por el mero hecho de estar vivo? Identifica eso que en lo profundo de ti quiere SER. Para averiguarlo, tal vez te ayude escuchar lo que otros ven en ti y hacerte el propósito de creértelo, con la intención firme de practicarlo durante todo el año que viene, hasta la próxima Navidad… y comprobar que es verdad. Que sólo te hacía falta creértelo y confiar. O tal vez lo identificas fijándote en lo que te genera frustración, aquello de lo que te quejas, y buscando justo lo contrario: Si te lamentas del odio que ves a tu alrededor tal vez necesites cultivar en ti más amor, si te molesta la manipulación y el error es porque anhelas la verdad, si no soportas la desesperación es porque necesitas sentir esperanza, si te afectan las personas tristes, tal vez eso te está indicando un anhelo de poner alegría en tu vida. Todo lo que percibimos afuera nos habla de algo que hay en nuestro interior.
Felices Fiestas.🎄
Marita Osés
Diciembre 2025
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A partir del 1 de Enero 2026, dejaré la consulta de Provenza, 214 en Barcelona y haré únicamente coachings -online o presenciales- en mi domicilio de Sant Joan Despí. La razón principal es que deseo dedicar más tiempo a la escritura, cosa que no he podido hacer en estos últimos años. Para ello, ganar las horas que actualmente dedico a los traslados entre mi casa y la oficina será un primer paso. Además, reduciré mi jornada laboral.
Agradezco la confianza que has depositado en mí y espero encontrar la manera de seguir respondiendo a tus necesidades en esta nueva etapa de mi vida profesional.
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🔎Si necesitas información, quieres reprogramar sesiones o simplemente compartir cómo recibes este cambio, puedes escribirme por mensaje privado. Estaré encantada de leerte. Si necesitas información, quieres reprogramar sesiones o simplemente compartir cómo recibes este cambio, puedes escribirme a mos@mentor.es. Estaré encantada de leerte.💗
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