Iba a empezar este artículo diciendo que Navidad es tiempo de regalos. Pero Navidad es tiempo de deseos.
🎄De atreverse a soñar con algo mejor de lo que tienes o eres.
🎄De escribir cartas a los Reyes o a Papa Noel o a quien corresponda en la tradición en la que cada uno ha sido criado.
Llegados a una edad, aprendemos que un deseo no es un globo que se lanza al aire y que se cumple por arte de magia. Sabemos que el compañero inseparable del deseo es el compromiso. ¡La carta va dirigida a un@ mism@! No tiene sentido desear sin más, sin comprometerte a hacer todo lo que está en tu mano para conseguir eso que anhelas. “Me gustaría que me toque la lotería”, pero ¿has comprado algún décimo?
Tener ganas de algo no basta.
La última semana de diciembre, haciendo balance de lo que ha sido 2024, es un momento oportuno para preguntarnos: qué quiero cosechar, qué quiero vivir, qué quiero disfrutar en 2025. De qué quiero más. ¿Más tiempo libre? Pues ¿qué voy a hacer para que encuentre un lugar en mi agenda? ¿Más alegría? Entonces voy a ver con quién me voy a relacionar, qué tipo de lecturas voy a elegir o rechazar para cultivarla en mí? ¿Más serenidad? ¿Qué actividades , qué personas, qué entornos me tranquilizan, cuáles me alteran? ¿Anhelo más conexión con mi pareja? Necesito reservar tiempo para eso. Es decir, cómo voy a propiciar las condiciones que necesita esa semilla para germinar. Expreso mi deseo y, a renglón seguido, establezco el compromiso conmigo misma convirtiéndome en mi principal aliada.
El deseo sin compromiso está vacío. Es un tiro al aire. Un fuego de artificio.
En cambio, cuando me responsabilizo de él, adquiere una dirección, me ofrece un propósito. Cuando lo expresas esperando que sea el mundo quien te responda te desentiendes de él como si no fuera cosa tuya o aun peor, tu mente te dice que son los demás los que tienen que cumplirlo. Inmersa en esa actitud, si pido amor, se supone que tiene que aparecer alguien que me ame. Si lo que pido es libertad, tiene que llegar alguien que me libere. Si es diversión, tengo que encontrar una persona divertida. Parece que desde afuera tiene que llegarme por arte de magia aquello que noto a faltar.
Con el tiempo, te das cuenta de que el amor, la libertad, la diversión o lo que sea están en primer lugar en tus manos.
En la toma de conciencia de lo que necesitas, en su definición y en adoptar la actitud que te llevará a la acción adecuada. ¿Quieres más libertad? ¿Qué estás haciendo para ser más libre? ¿Has identificado aquello que te esclaviza por dentro y por fuera? ¿Quieres más amor? ¿Cómo te estás amando, cómo estás poniendo amor en la vida de otras personas? Qué diferente esperar que alguien te ame que poner en marcha en ti todo lo que te hace amar y ver qué ocurre en tu vida como consecuencia.
✳️Qué diferente esperar que alguien te libere que indagar en lo que te esclaviza desde dentro.
✳️Qué diferente es esperar que los estímulos externos te diviertan que aligerar tu corazón de preocupaciones y disponerte a pasarlo bien.
Pararnos a pensar qué es lo que depende de mí, qué puedo hacer yo, cómo y hacia donde tengo que encaminar mis pasos. La magia está en mí, y consiste en que la fuerza de mi deseo ponga en marcha los mecanismos que me llevarán verlo materializado. Ese rumbo que toma tu vida cuando te alineas con tu deseo ya te acerca a conseguirlo. La persona en la que te conviertes cuando encaminas tu voluntad y tus recursos hacia él ya tiene sentido, aunque no lo consigas. Si no generas esta actitud en ti, no estas formulando un deseo, sino una fantasía. Es muy lícito que fantasees, pero no esperes que se cumpla sin más. La fantasía suele ser bonita, el deseo es potente. No es una visión estática de algo. Pone en marcha un dinamismo que nos moviliza por dentro, nos guía, nos orienta, alimenta nuestra esperanza. La fantasía sin más es un globo que nos explota en la cara al primer contratiempo.
Si deseo profundamente que mis macetas se llenen de flores no me bastará con concentrarme y visualizarlo. Iré a buscar semillas, me enteraré de la mejor época para plantarlas, esponjaré la tierra y después de sembrarlas las regaré y esperaré a que la naturaleza haga su curso o su magia. La magia la pongo en marcha yo. Si la planta sufre alguna plaga, me informaré sobre cómo curarla. Y así, probablemente, mis macetas se llenen de flores cuando llegue su tiempo oportuno y mi deseo se verá cumplido….con mi necesaria participación.
Si tienes un deseo, siémbralo primero en tu corazón y transfórmalo en compromiso.
🐪Escríbete una carta con la ilusión que ponías cuando de niño la dirigías a los Reyes Magos, porque ahora el rey mago de tu vida eres tú, tú eres el dueño de tu magia. Verás cómo se ponen en marcha los engranajes que convertirán esa carta en algo real.
Los deseos son anzuelos que te lanza el universo para sacar de ti todo tu potencial.
🎄Esta Navidad, pide un deseo…y plántalo en tu corazón. Te sorprenderás de su poder transformador.
Marita Osés
Diciembre 2024
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