Uno de los ejercicios que con mayor frecuencia recomiendo a algunas personas que empiezan un proceso de coaching es decir un NO diario a alguien, que signifique en la práctica un SI para ellas.
“Una de las habilidades más difíciles de dominar es decirte no a ti mismo para poder elevarte y desplegarte hasta convertirte en un ser más grande: No a las distracciones o a la falta de coherencia, no a los patrones y formas de hacer que te devuelven al pasado, no a hacer únicamente lo que te resulta fácil, no a la duda y al miedo.”
- DIGO NO a las distracciones (me distraigo con el móvil, con las vidas de otras personas, con las obligaciones autoimpuestas, y por ende inventadas), no a la falta de coherencia (no encontrar tiempo para las actividades que me hacen bien)
- DIGO NO a los patrones de conducta o formas de hacer o de ser que me remiten al pasado (autoinmolarme, no decir lo que pienso, deseo o siento, hacerme responsable de las emociones ajenas, buscar culpables, dejar que mi mente decida cómo tiene que ser la realidad en lugar de respetar la dinámica de cada momento y averiguar qué hay detrás de cada situación aparente)
- DIGO NO a sólo hacer lo que es fácil, lo que no me cuesta esfuerzo o únicamente lo que me fluye. No a meditar 5’ en lugar de 30’ si sé que 30’ es lo mínimo para que mi ser funcione medianamente bien. No hablo de forzarse, sino de esforzarse. Forzarse implica violencia. Esforzarse implica poner intención, atención y energía aunque no me apetezca de entrada, porque sé que me conviene, que me hace bien.
- DIGO NO a la duda y al miedo (miedo a equivocarte, a arriesgarte, miedo a caer en la rutina aburrida de las parejas que no se renuevan, miedo a “acostumbrarte” a lo que tengo dejando de valorarlo y de ver la novedad que entraña la vida cada día, miedo a jubilarte y no hacer todo lo que habías pensado hacer, miedo a amar tanto que te lleve a sufrir, miedo a tu vulnerabilidad.Decir no a la duda es desterrar la costumbre de empezar frases con “Y si….”.
¿Por qué nos pasa esto? Porque nuestro cerebro esta cableado para la comodidad, y nuestra alma para el crecimiento. Y ambos están en un tira y afloja permanente. Dependerá de nosotros el encontrar el equilibrio que nos lleve a ser la persona que deseamos ser. A nuestro cerebro le gusta el placer y detesta el dolor. Nuestra alma transmuta el dolor en aprendizaje. El sistema de recompensa grabado en nuestro cerebro está programado para repetir las experiencias placenteras (comer, tener sexo, socializar…) que activan la descarga de dopamina. Esta nos da una agradable sensación de bienestar, calma y relajación. Y está claro que siempre queremos más. Con el tiempo, nuestro cerebro aprende a asociar ciertas conductas con este chute de dopamina. Esta búsqueda de comodidad impulsada por la recompensa tenía mucho sentido en los seres humanos de los primeros tiempos porque los llevó a buscar refugio, compañía y a llenar sus estómagos, lo que incrementaba sus probabilidades de sobrevivir. Pero para nosotros, seres humanos del siglo XXI, este sistema puede llevarnos a realizar actividades muy poco saludables como son los atracones de series o de comidas, las relaciones tóxicas, las adicciones. En la prehistoria, evitar la incomodidad protegió a los primeros humanos de amenazas u peligros. Evitarlos era esencial para su supervivencia. Pero, en la civilización actual, este instinto que sigue grabado en nuestra biología puede llevarnos a postergar interminablemente actividades muy beneficiosas para nosotros y a generar hábitos muy poco saludables.
Así pues, decirte no cuando detectes que es esta tendencia antigua lo que esta detrás de la conducta que vas a iniciar, significa decir sí a tu crecimiento personal, al despliegue de todo tu potencial , que va más allá de la inmediatez del chute de dopamina y te da una satisfacción personal que se prolonga en el tiempo y te hace sentir orgulos@ de ser quien eres.
Por eso, la propuesta del podcast de hoy es que te plantees la siguiente pregunta:
¿Hay algo a lo que quiero decir NO en mi vida, porque me encaminará a ser más quien quiero ser?
Pronunciar ese NO con cariño, con comprensión, con confianza te ayudará a ser coherente y a convertir ese límite en trampolín. Y descubrirás que lejos de limitarte, ese NO te libera.
Marita Osés
15 marzo 2024
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