27.5.25

COMPRENDER NO BASTA

Cuando, en la primera sesión de coaching, pregunto a las personas qué quieren obtener del proceso, muchas me responden:
Entenderme. También quieren conocerse, pero les interesa todavía más entender lo que ya conocen.



¿Por qué soy así?
¿Por qué hago esto o dejo de hacerlo?
¿Por qué tomé esta decisión?
¿Por qué no soporto tal cosa o a tal persona?

Normalmente, esto que necesitamos entender suelen ser estrategias de adaptación que hemos ido construyendo inconscientemente. Son condicionantes culturales, familiares, sociales. Si observas sin juicio tu historia, puedes entonces comprender que tu rigidez puede venir de tu padre, que heredaste tu perfeccionismo de tu madre o que tu carácter gracioso fue tu forma  de destacar al lado de un hermano brillante o de llamar la atención del adulto que te crió.
Con todas estas estrategias, te fuiste alejando de tu esencia. Para recuperarla, toca deshacerte de las capas con las que te has ido protegiendo o defendiendo. Despojados de esas capas, es probable que nos sintamos un poco asustados y muy vulnerables. Como un bebé recién nacido. Esta fragilidad momentánea, desaparece cuando nos alineamos con nuestra esencia recuperando así nuestro poder personal. 
Esto es así porque nuestra mente, por su naturaleza necesita entender y racionalizar para sentirse segura, necesita comprender el porqué y el cómo antes de aceptar. 
Con todo, entenderlo no basta para pasar a la acción.  Puedo entender lo que me ha llevado hasta mi situación actual, hacer un relato coherente que me de una explicación lógica de mi historia. Pero hasta que no lo viva y lo sienta y lo acepte no podré cambiar en la dirección que deseo. Entender no cambia cómo vivo. ¿Qué significa pasar a la acción? Significa que esas estrategias y conductas que has entendido no sigan gobernando tu vida. Significa deshacer los patrones que desde tu inconsciente te hacían actuar y ser como no eres. No digo “como no quieres”. Digo “como no eres”. Porque te parece que quieres actuar así, pero en realidad es un piloto automático, una inercia que funciona al margen de tu voluntad porque lleva años haciéndolo y no sabe obrar de otra manera.
Significa ponerte una alarma interna para darte cuenta de cuándo se ponen en marcha estos mecanismos automáticos y tener preparada otra forma de responder, más alineada con la persona que eres, que quieres-conscientemente- ser. Significa por ejemplo, empezar a decir no en lugar de ceder al impulso de complacer a las personas. Empezar a poner límites a tu entrega cuando antes tu perfeccionismo te habría llevado a revisar un trabajo una vez más. Significa obligarte a decir lo que sientes, cuando por dentro algo te dice, “cállate y tengamos la fiesta en paz”. Y esta nueva forma de responder va dejando atrás tus viejos patrones y te va transformando  en eso que eres. 
Pero podemos también recorrer el camino en el otro sentido. ACEPTAR de entrada la realidad o la persona que tengo delante. Resistirme  a la necesidad de analizarlo, juzgarlo y de obligarlo a encajar  en mis esquemas mentales, que suelen ser más estrechos que lo que la vida me presenta. 

La vida cuestiona  nuestros esquemas mentales para que nos abramos, para que no nos quedemos encerrados en nuestra forma de ver, en nuestro enfoque particular y nos aventuremos a ver las cosas de diferente manera, lo que nos permitirá vivirlas de otro modo  y probablemente nos invitará a entrar en otras dimensiones hasta ahora desconocidas. Es decir, nos hará crecer.

Piénsalo bien. ¿Eres solo mente? ¿Qué más eres? ¿Tú quieres a tu hijo, a tu padre, a tu amiga con tu mente? ¿De dónde nace este sentimiento de amor?

Hay una parte de nosotros que puede actuar sin ajustarse a la lógica de la mente. El caso es que cuando aceptas desde ese lugar, ya no necesitas comprender.

En realidad, comprendes de otra manera. O mejor dicho desde ese otro lugar. Es nuestro ser interior, profundo, esencial, que funciona desde el amor puro, más allá de la razón. Blaise Pascal dijo que el corazón tiene razones que la razón no entiende. No sé exactamente a qué se refería con corazón, pero yo me refiero algo más amplio: a nuestra esencia, a nuestro fondo más profundo. El corazón, entendido como sede de los afectos, puede tener heridas de infancia, cicatrices de todo tipo. YO me refiero a una  parte nuestra que está a salvo de todo y que funciona desde el amor puro y la compasión  y confía más allá de la razón. Para conectar con él necesito apartarme de la actividad, permanecer en silencio y acceder a mi ser profundo.

Si pudiese vivir toda mi existencia desde ese lugar en el que el yo se disuelve, sé que no tendría que entender para aceptar.

Pero solo lo visito de vez en cuando, y en cuanto salgo de ahí mi mente toma el mando.


¿Por qué es importante aceptar sin entender? Porque
cuando alguien no se siente aceptado, no se siente querido.
 
Y eso le puede pasar a tu hijo, a tu pareja, a tu amiga, a tu compañero de trabajo, a ti misma.
Y si  nuestro ego nos exige entender para aceptar, estamos restringiendo mucho nuestra capacidad de amar.
Si por el contrario,  te atreves a darle el mando a esa otra parte de tu ser, te lanzas a salir de tu cueva conocida en pos de un horizonte mucho más amplio.
Te invito a parar cada día y en silencio, entrar en ese lugar interno no gobernado por la mente, en donde la quietud y la compasión se dan la mano, y reflejan la realidad de una manera tan distinta que no te hará falta “entenderla”.


Marita Osés

20 mayo 2025