22.4.24

Sant Jordi 2024 (II Un dia para regalar)

Lo que hace especial al día de Sant Jordi, entre otras cosas, es que nos da un motivo bonito para ser generosos
. Es un día para regalar. Un espacio que invita a compartir la alegría de dar, además de un homenaje a aquello que más nos nutre:


la belleza y la palabra. La belleza de la rosa no tiene otro propósito que estar presente y regalarnos su color, su perfume, su textura, su forma armónica.

De manera tan sobria nos transmite el poder de simplemente ser. Sé lo que eres allá donde estés. No quieras ser otra cosa, no lo pretendas, no finjas. Sus pétalos    dispuestos en espiral, su tallo, sus espinas son suficientes y tienen sentido siendo tal como son. Año tras año llego a casa, después de callejear ojeando decenas de libros, coloco la rosa sedienta en un jarrón con agua y la miro largamente, con su tallo erguido y los pétalos abriéndose hacia el cielo, y cada año me dice lo mismo:

“Es todo mucho más simple de lo que te parece. Limítate a ser, sin pretender nada más.”

La rosa no hace nada. Despliega sus colores, su forma, su aroma…ni siquiera espera gustar a todo el mundo.

“Gústate tú y te desplegarás con más convicción, cuida aquello que eres y sentirás la satisfacción de responder a lo que estás destinada a ser. “

Me lo repite porque cada año me olvido y vuelvo a complicarme la vida queriendo hacer tantas cosas y olvidándome de simplemente SER.


La rosa siempre me ha parecido una flor aristocrática, tan aterciopelada ella, tan perfecta. Pero el día de Sant Jordi se convierte en una flor popular, al alcance de todos. Con más o menos adornos, de uno u otro color, de tallo grueso o fino, más largo o más corto, ese día las rosas son asequibles a todo el mundo. Se compran de una en una, pensando en las personas a las que irán destinadas y llevan un mensaje implícito:

📚 “Me importas”. 🌹

Todos necesitamos oír eso de labios de otra persona. He pensado en ti. Te tengo presente. Y con esta rosa te lo expreso, te lo confirmo, te lo hago saber, o si ya lo sabes, me ratifico. No tiene por qué ser el amor de tu vida, puede ser tu compañero de trabajo o de estudio, tu abuela, tu amiga, tu madre, tu prima , tu empleada o el vecino o vecina que te cae la mar de bien. Se dice que Sant Jordi es el San Valentín de Catalunya, pero no estoy de acuerdo. El día de Sant Jordi, además de a los enamorados, se regala rosas a personas cuya presencia en nuestras vidas agradecemos.


🌹Si elegir la rosa entre tantas formas y colores es complicado, no digamos ya elegir el libro. Tenemos que conocer los gustos lectores del destinatario y eso hace también que pensemos en él, lo tengamos presente y nos devanemos los sesos si lo que queremos es sorprenderlo. 📚

Sería mucho más fácil preguntar qué título le haría ilusión e ir sobre seguro, pero ¡qué gratificante es arriesgarse a elegir sin consultarle y acertar!  Regalar un libro que te ha gustado es abrir tu corazón a aquella persona a quien se lo regalas, pues en esa elección estás tú, y en aquella historia hay probablemente una parte de ti que queda expuesta y que le entregas, exponiéndote a su opinión. Recibir un libro que le ha gustado a otra persona me invita a bucear en él en busca de ella, descubrir aquellos elementos que me hablan de su ser, de lo que conozco y lo que desconozco, y el libro se convierte en un amigo que nos ha presentado y que nos vincula por lo que cuenta y por cómo nos afecta.

Nace una complicidad nueva entre dos personas, cada vez que se regalan un libro elegido con el corazón.

El espíritu que se respira por las calles en el Día del Libro es de generosidad, entrega, amor, gratuidad. Porque sí, porque el día te invita a ello. Hay un ambiente festivo en las calles, aunque la jornada sea laboral. La rutina de la semana deviene fiesta. Y todo ¿por qué? Porque alguien encontró un motivo, para que el día fuese especial.

¿Cómo sería nuestra vida si cada día encontrásemos un motivo para que ESE día fuese único?

Sería…, pero eso me da pie para el próximo post. 
¡Feliz día de Sant Jordi!


Marita Osés, 17 abril 2024

16.4.24

Sant Jordi 2024 (I)

Me encantó un video de Saramago en el que comentaba con su parsimonia habitual que a las personas que llevan una vida sedentaria (los escritores como él, por ejemplo) les recomiendan siempre hacer actividad física. Pero que a los deportistas y personas físicamente muy activas, nadie les aconsejaba leer.

Se oye continuamente el consejo: “Tendrías que hacer más ejercicio”, pero no he oído nunca sugerir a un adulto: “Te vendría bien dedicar más tiempo a la lectura." Nuestro físico es importante, claro que sí. El cuerpo es la estructura material que nos sostiene. Pero la salud no es solo física, ¿Qué pasa con nuestra salud mental?
¿Cómo alimentamos, cuidamos, estimulamos, fortalecemos, relajamos esta herramienta, a la vez misterio y prodigio, que es la mente?

Si pienso en qué medida los libros han contribuido a mi salud mental, les doy una puntuación de diez sobre diez. En los momentos en los que no me veía, me han hecho de espejo. De repente, un detalle de la historia que me estaban contando, resonaba fuerte dentro de mí y me encendía una luz que alumbraba de manera distinta mi situación personal. También me han cuestionado y me han descubierto horizontes insospechados, ayudándome a tomar conciencia de lo estrecho que era mi marco de referencia. Así, han roto muchos corsés en los que había sido criada y que me ahogaban y me han abierto el camino hacia una libertad enriquecedora, que me hizo tomar consciencia de mi poder personal. Y ¿cómo no? Gracias a  los libros mi sensibilidad  ha vibrado de mil maneras y he acabado riendo o llorando con imágenes cuya belleza me parecía indescriptible y con sensaciones y emociones tan intensas y reales como la vida misma.

Que un ser humano pueda plasmar con palabras lo que me parece inefable me sigue pareciendo un milagro cada vez que tengo un texto en mis manos.

La creatividad humana no tiene límites y me produce un asombro y un disfrute también difíciles de expresar.
En alguna ocasión, la identificación con el personaje literario ha sido tal, que me parecía mentira que alguien que no fuera yo pudiera hacer una descripción tan certera. Esa es otra de las grandes bondades de los libros: nos igualan, nos hacen ver que vamos todos en el mismo barco, que nos mueven y nos duelen ideales y pasiones similares. Cada personaje es único, pero tiene algo en común con nosotros: su humanidad nos hermana y, si soy honesta conmigo misma, puedo encontrarme tan cerca de un personaje malvado como del ser más bondadoso de la tierra. Somos hermanos, nos une un mismo origen y destino.

Han acompañado mis soledades, dándome respuestas tranquilizadoras cuando lo he necesitado o motivadoras cuando precisaba un empujón. Y me han lanzado preguntas que han desvelado realidades o aspectos de mi ser que desconocía.
La poesía me ha elevado muchas veces, dándome un respiro de la dura realidad. Y otras me ha enfrentado a ella, poniendo mis pies en la tierra sin dejar lugar a la huida. Me ha hecho llegar a donde tenía que llegar por un camino muy corto, de manera unas veces sutil, otras, brutal. Y me ha permitido entender con el corazón, cosas que la razón no entiende.

Se acerca el Día del Libro. ¿Cuál voy a regalar? ¿Cuál voy a regalar-ME? Paséate por las librerías antes las aglomeraciones del día 23. Deja que los títulos te hablen. Échale un vistazo a la biografía del autor o autora o al resumen de su obra. Si hay algo en tu interior que aletea cuando llegas a una frase o a una palabra, no le des más vueltas, apuesta por ese texto, porque tiene algo que decirte. Y te zambullirá en un mundo distinto, que te dará una perspectiva nueva sobre el tuyo.

Marita Osés , 10 abril 2024

Sea cual sea el momento de tu vida en el que te encuentras, si necesitas un espejo en el que mirarte y mayor confianza para dar un paso más, cuenta conmigo.

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